Namastecita tuvo el privilegio de participar en la creación de esterillas de una persona extraordinaria: Dara. Con una personalidad cautivadora, Dara irradia pasión y positivismo desde una posición de empoderamiento.
Cuando Dara nos contactó por primera vez, le dimos un vistazo general a su perfil, como hacemos siempre en Namastecita. Nos sorprendió la naturalidad con la que hablaba; se mostraba tal como es, sin poses, incluso en pijamas. Dijimos: ¡ella tiene que ser embajadora de marca! Y así comenzó una hermosa relación. Poco a poco, su estudio se empezó a poblar de esterillas Namastecita, y hace unos meses tuvo una gran idea: tener su propia esterilla de yoga personalizada. Así que nos pusimos manos a la obra.
En esta entrevista, vamos a conocerla un poco más, tanto como persona, como instructora, y como fundadora de un estudio de yoga. Sus historias nos enseñan que la verdadera libertad se encuentra en el lugar donde uno decide buscarla, mostrándonos que el yoga es más que una práctica, es un camino hacia la plenitud y el bienestar.
¡Hola Dara! Gracias por tomarte el tiempo para compartir tu historia con nosotros. Para comenzar, cuéntanos un poco sobre ti y cómo empezó tu relación con el yoga.
Mi relación con el yoga empieza de forma curiosa porque siempre he sido un poco anti-deporte. No es que quiera clasificar el yoga como deporte, pero cualquier cosa que supusiera movimiento ya me parecía pesada. Añadido a que toda la vida me han dicho que soy súper nerviosa, ir a estar "parada en yoga" me parecía un tostón. Pero bueno, a veces la vida te repite las cosas hasta que las ves, y es un poco lo que me pasó a mí.
A raíz de la muerte de mi padre, empecé a hacer millones de actividades para no escuchar a mi mente ni ponerme a desenredar ese nudo. Y entre esas cosas acabó siendo el yoga. El problema es que al poco tiempo de apuntarme, me quedé embarazada, y tuve que hacer una pausa (la maternidad es intensa y alberga horrores 🫨). Pero con el tiempo, el yoga pasó de ser un hobby a ser el sustento de toda la intensidad de la vida.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de abrir tu propio estudio de yoga?
La verdad es que abrir el estudio de yoga no era mi idea. Es más, no me parecía nada volver a ser autónoma. Pero una conversación con mi tutor de una de las formaciones me hizo entender muchas cosas. Me di cuenta de que yo ya estaba teniendo un estudio porque tenía unos 50 alumnos a los que gestionaba yo misma, incluidas matrículas, clases, etc., cada mes.
Entendí en esa conversación que, a fin de cuentas, la diferencia entre tener o no un estudio era solamente el local porque ya estaba gestionando un estudio. Entonces, mi marido, que sí lo veía más claro, me llevó a ver locales. A mí todos me parecían mal, pero él me empujó a entender que solo había que trabajar nosotros mismos en adaptar los locales. De esa manera, invertiríamos menos dinero, aunque sí es cierto que más tiempo libre en adecentar los espacios.
Cuéntanos un poco más sobre los desafíos que enfrentaste al abrir tu propio estudio y cómo los superaste. Sabemos que no siempre es fácil, ¿hay alguna anécdota que puedas compartir?
Los desafíos al abrir algo desde cero son intensos. Es cierto que mi estudio está en una ciudad pequeña en la que las gestiones burocráticas creo que son más fáciles que en un lugar grande. Pero ya sabéis que la vida nos invita a no vivir mucho en la comodidad, y aquí os voy a incluir la gran anécdota.
La anécdota es bien frecuente y me ha hecho ver en mí el trabajo que hace el yoga. Con solo ocho meses abiertos, tuvimos que levantar literalmente todo el estudio porque unas arquetas se rompieron por debajo del suelo, sacando todas las aguas fecales del bloque. (Voy a añadir aquí el consejito del día: si buscas un local, observa que las arquetas estén bien, o mejor que no tenga arquetas). Tuve que cerrar mis clases un mes y todo parecía empezar de cero.
Y aquí es donde noté el yoga. Mi actitud fue sorprendente; aún me agradezco el haber estado tan bien en este tiempo intenso. Siempre sentí que no podía cerrar las clases porque todo se iría a la quiebra, y fue al revés. Todos mis alumnos respondieron de forma maravillosa, y cuando pudimos volver a nuestro espacio, fue como un reencuentro increíble. Creo que este proceso me ha dado una seguridad que no tenía.
"Siempre sentí que no podía cerrar las clases porque todo se iría a la quiebra, y fue al revés. Todas mis alumnas respondieron de forma maravillosa, y cuando pudimos volver a nuestro espacio, fue como un reencuentro increíble."
¿Y qué crees que diferencia a tu estudio de otros estudios de yoga? Siempre nos ha intrigado cómo cada estudio tiene su propia esencia y nos encantaría saber más sobre la tuya.
La única cosa diferente de mi estudio respecto a los demás es, como bien dices, el hecho de que cada persona seamos únicos y ese sea nuestro superpoder. Mi yoga diría que es muy terrenal, muy natural, muy hecho para la vida. También soy una persona que le pone mucho humor, aunque en clase cambio bastante, pero siempre acabo teniendo algún enfoque que nos saca una sonrisa a todos.
Especialmente, también soy una persona que no tiene ese físico tan bonito de foto del Circo del Sol, entonces siempre me siento con la facilidad de entender a la gente que llega y creo que acompaño bien a las personas que encuentran el yoga por primera vez.
Ahora, pasando a algo muy especial, recientemente colaboramos contigo para crear una esterilla personalizada. ¿Cómo fue ese proceso para ti? ¿Hubo algún momento destacado durante la colaboración?
El proceso de esta creación ha sido increíble porque durante estos años, a raíz de las redes sociales, muchas marcas contactan contigo para colaborar, pero no soy una persona que se mueva por nada económico (así me va 😜). Entonces, no quería hacer las cosas por hacer y, al final, el saber esperar me llevó a encontraros a vosotros.
En general, no me suelo sentir merecedora de las cosas buenas que me pasan, o lo que es peor, siempre estoy alerta porque si algo bueno me pasa sé que algún batacazo viene después. Así que al principio tenía esta sensación de "¡guau, esto está siendo real!". Y al ir trabajando en conjunto solo pude sentirme agradecida, no solo por la colección tan preciosa que hemos sacado, sino porque realmente he visto cómo la marca se ha comprometido y me ha dejado hacer. Tanto Namastecita como Amanda ("una yogui en la vida moderna") confiaron en alguien tan loca como yo, y eso es de valorar. Pudimos hacer un diseño tan propio y con los materiales de calidad de Namastecita, regalándome así que las personas conozcan esta colección.
¿Qué características específicas querías en tu esterilla y por qué son importantes para ti? Si se puede saber, ¿hay algún detalle que consideres indispensable en una esterilla de yoga?
Igual no cuadra con la descripción de las cosas materiales, pero creo que lo que buscaba en ella era humanidad, y me parece que Namastecita tiene eso. Es una empresa cercana que siempre intenta ajustar, no solo los precios, sino también los descuentos para que todo el mundo pueda acceder a una esterilla de estos estándares.
Como practicante o incluso como dueña de un estudio, si buscas un material antideslizante, te gustaría que te acompañase muchos años. Me sentía muy incómoda sacando una esterilla en la que ponga mi nombre sin las calidades que he disfrutado con vuestra marca. Para mí misma es un descubrimiento una esterilla que me aguante 14 clases a la semana durante mucho tiempo y casi sin cambiar del primer al último día.
¿Tienes algún consejo final para aquellos que están considerando abrir su propio estudio de yoga? Estamos seguros de que tu experiencia puede ser muy valiosa para muchos.
Pues yo le diría a cualquier persona que dude, que es mejor quedarse con que no ha salido bien a quedarse con la duda de qué habría pasado. No quiero engañar a nadie y sí, ser autónomo en España no es fácil. No vais a tener un sueldo de 3000 € para poder compraros todos los inciensos del planeta, pero sí que te digo que si haces las cosas desde el amor, desde la sinceridad y siendo real, vas a encontrar un espacio en el que poder ser tú 100%. Yo tengo un test para saber si estoy bien en algo y es que en cada savasana miro a mis alumnos y me pregunto: "¿estoy donde quiero estar?" Y aquí me llega una sensación de hormigueo por la tripa que me deja clara la respuesta.
"Es mejor quedarse con que no ha salido bien que quedarse con la duda de qué habría pasado."
¿Cuáles son tus planes futuros para tu estudio de yoga y para ti como instructora? Nos encantaría saber más sobre tus próximos proyectos y sueños.
A mí siempre me encanta aprender o meterme en jaleos nuevos, así que estoy dispuesta a cualquier cosa que quiera proponerme la vida. Lo que más me suelen proponer como proyectos a futuro es crear alguna plataforma para que el yoga llegue a todo el mundo. Bueno, más que el yoga, mi forma de ver el yoga.
Es cierto que me da mucha pereza. Soy una persona muy natural en las redes y no cuido mucho ni la estética ni las cosas que hago; simplemente traspaso lo que pienso hacia la pantalla o como vivo las circunstancias. Y el hecho de crear este contenido, grabar o crear un espacio web para hacer algo online con el yoga me da mucha pereza. Ya que no podría ser algo tan natural, sino que tendría que tener una estructura más seria.
Ahora me siento en un punto en el que necesito cuidar a mi niño, que es mi estudio, y disfrutarlo algún tiempo más así tranquila, sin novedades. Poner energía en otras cosas le quitaría demasiado tiempo a algo que quiero tanto como el estudio ahora mismo. Pero he de admitir que a mí solo me falta que me toquen las palmas para ponerme a bailar, así que bienvenido a cada plan futuro.
"Si haces las cosas desde el amor, desde la sinceridad y siendo real, vas a encontrar un espacio en el que poder ser tú al 100%."